Saudade

Te amo amigo

RELATOS CORTOSSUICIDIOSALUD MENTALAMISTAD

Daniela Cademartori

Saudade

No hay que ponerte apellido, Bocha.

Sos tan particular y espontáneo. Risueño y aventurero.

Carismático y evasivo. Tan lleno de vida y tan vacío.

Nos conocimos cuando éramos chiquitos, pero recién la

adolescencia nos unió: ir a bailar a La Barraca, darnos besos

para probar como lo hacía el otro, mentirle a la gente que

éramos hermanos por lo jetones, juntarnos a “estudiar” pero sólo

charlar esas horas con unos mates de por medio, planear ir al

mismo colegio y no hacerlo, seguir al colectivo porque no

llegaste a saludarme cuando me iba de viaje a Cataratas.

Atesoro tu carta en la que me decías que siempre vamos a ser

mejores amigos Ñokisin bri bri brin, como me apodaste.

Tomamos caminos diferentes y con ello devino una pausa.

Nació Gino, tu primer hijo. Después Máximo. La vida adulta que

nos quita tiempo pero al encontrarnos siempre un abrazo

sostenido y una actualización rápida de en qué andamos. Al

conocer a Teo, mi perro, juegos, caricias y besos diciendo “Hola

pelotudito” con ese cariño tan tuyo. Las despedidas con un te

amo amiga, yo también amigo porque me cuesta mucha poner

en palabras el amor.

El 17 de octubre te suicidaste.

¿A quién se culpa en ese momento? ¿A las drogas, a la mala

junta? ¿A tu psicóloga? ¿A tu psiquiatra? ¿A tu familia? ¿A tus

amigos, incluyéndome? ¿Cómo se hace para contenerte, para

que no te vayas?

Respeto profundamente tu decisión y admiro tus batallas. Vivir y

morir en libertad.

Una de las cosas que más voy a extrañar es tu risa al nombrarte

Rodolfo. No dejo de pensar que por ahí nos crucemos en alguna

esquina de Barrio Norte.

Te amo amigo.

Si tenes dudas o comentarios, contáctame