Refugio

Entrevista ficticia muy parecida a la realidad

ENTREVISTALENGUAJEREFUGIO

Daniela Cademartori

-¿Qué guardarías en tu cofre contra el olvido?

Sin duda palabras, para apegarme a ellas. Estarían los nombres de mi

familia, de los lugares que recorrí, de las mascotas que amé, de los libros

que leí, algunos valores que me sostuvieron, de algunas amigas que me

salvaron, de tantas personas que me enamoré.

Atendiendo a su fugacidad, lo que se dice que se las lleva el viento, las

cuidaría para que no se escapen ni se pierdan por algún rincón de mi

casa. ¡Mirá si no encuentro alguna y tengo que dejar de usarla, terrible

sería!

-¿Crees que alguna palabra nunca te será ajena?

Pienso que si. Mar; por lo que representa en mi y porque está escondida

en mi apellido y eso me da la seguridad de que me acompañará siempre.

-Entiendo que te gustan los juegos gramaticales…

Me divierte encontrar vestigios de algo donde no es común hacerlo,

como palabras escondidas en otras, darlas vuelta, cambiarles el

significado o colocar alguna erradamente en una oración para que

connote otras expresiones. Por ejemplo, es tres en vez de estrés; tres de

número y estrés de agotamiento; diversión literaria con letras.

-¿En esa diversión está el disfrute?

Si claro y en lo que se dice y porqué se lo dice. Creo que ser lo más

sincera posible en lo que se escribe, sin entrar en el juicio de valor de si

está bien o mal, qué género, qué reglas y eso. Sino hacerlo porque se

siente que lo que se dice puede llegarle a alguien además de a una

misma, generar algo: desde una emoción, un sentimiento, un cambio, una

pregunta. Si, es fundamental que abra cuestionamientos. Hay algo de

refugio en ese disfrute, algo conmovedor que lo posibilita.

-Ya retomamos esto último de refugio que nombras. Hacemos una breve

pausa de anuncios y seguimos conversando con Emilia Pomaro (…)

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